Del 18 al 23 de septiembre, se reunieron en Foz de Iguazú técnicos/as y funcionarios/as de municipios, instituciones educativas y organizaciones de la sociedad civil para formarse en el diseño de proyectos de cooperación descentralizada y el fortalecimiento de lazos entre ciudades de distintos países latinoamericanos. Argentina, Brasil, Uruguay, Chile, Ecuador, Colombia, Venezuela, Paraguay y Perú juntos, desarrollando proyectos con perspectiva de género y un enfoque de derechos para nuestros pueblos.
La idea de la integración del gran continente de América del Sur tomó forma en el imaginario político y social en nuestra región desde Bolívar y San Martín. Fue adoptando formas diversas en distintos contextos, desde el Mercosur y el acuerdo Sarney-Alfonsín con su integración económica hasta la perspectiva cultural y política del UNASUR de Lula, Chávez, Néstor y demás compañeros.
Los cambios geopolíticos y de agenda internacional, la profundización de las comunicaciones y el debilitamiento de las fronteras nacionales nos plantean también nuevas formas de dar pelea para lograr la idea de una Latinoamérica unida.
Ahí es donde entran a jugar las redes de cooperación descentralizada como Mercociudades, cuya presidencia pro tempore hoy está en manos de la intendencia de Montevideo. Se trata de una de las redes más importantes de gobiernos locales de América del Sur, que cuenta con 375 ciudades miembro de 10 países del continente (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Venezuela, Chile, Bolivia, Ecuador, Perú y Colombia), en donde viven más de 120 millones de personas.
En este formato, ya no se entiende la cooperación como algo estrictamente nacional, sino que las redes y las conexiones entre pueblos, economías y políticas se entrelazan a nivel subnacional, con gobiernos locales y organizaciones sociales de distintas nacionalidades trabajando a la par.
Estas redes nos ayudan a resistir en un momento donde el poder económico concentrado juega sin reglas, sin fronteras, a empobrecer a los pueblos del Sur. Para fortalecer el poder político en nuestros países es central, como dijo Pepe Mujica, comenzar por crear una identidad latinoamericana. Sentirnos uno, para pararnos como uno, nos empodera y es lo que nos convierte verdaderamente en una potencia internacional.
En palabras de Álvaro Padrón, analista internacional, investigador y secretario general de CEFIR, quien manifestó en el evento de apertura frente a la represa hidroeléctrica binacional Itaipú: “Esta actividad de capacitación es un símbolo de construcción de integración regional, en un mundo en transformación y en una región en disputa, porque esta región está en disputa. Necesitamos garantizar nuestra voz y capacidad de influir en este mundo que se está construyendo. Eso solo se logra con fuerza y la fuerza se consigue con la unión: para eso es la integración regional”
Mercociudades funciona porque demuestra que la rigidez de los límites fronterizos sólo sirven para debilitarnos. La cooperación multiactor y multinivel para la integración regional nos da la fuerza para tener una voz clara, profunda, imposible de ignorar. Juntos, juntas, podremos pararnos ante el mundo con la bandera que nos une: la igualdad de las personas, en la diversidad y pluralidad de los pueblos.
Hoy, más que nunca, vamos por una Latinoamérica unida.