“En Avellaneda, mi ciudad, se perdieron 665 mil puestos de trabajo directos (e innumerables indirectos)”, explicó Litza en sus redes sociales. Y aseguró: “Avellaneda, pasó de ser ciudad industrial a ciudad dormitorio. En solo dos años (1978/1980) sobre mi ciudad pareció haber caído una bomba de neutrones, señaló la legisladora nacional”.
Al ponerle nombre al “Industricidio” cometido por las mismas políticas-económicas, la dirigente del Frente Renovador especificó que “entre las industrias que bajaron sus persianas en Avellaneda se encontraron Acerías Gurmendi, Fábrica de Conductores ECA, Acería Thamet, Frigoríficos La Negra, Frigoríficos La Blanca, Textil Campomar, SIAM Di Tella, SIAT, Fábrica de Motores Galileo, y la lista sigue”.
“Lamentablemente la industria nacional va a sufrir. Los trabajadores argentinos van a perder poder adquisitivo. Y los fabricantes tendrán que competir desigualmente con países con mano de obra esclava”, finalizó Litza.