“Las ventiletas son elementos que ayudan a evacuar el aire que está dentro de los conductos en la medida que se van llenando de líquido, y esto facilita la salida del aire”, explicó Beatriz Delli Santi, supervisora del departamento de diagnóstico y mantenimiento de cloacas máximas sobre estas particulares chimeneas que permiten el venteo de los gases que emanan las cloacas máximas como también, su oxigenación.
El plan de mantenimiento consiste, en primera instancia, en una etapa de evaluación que conlleva un análisis previo para la detección de anomalías y/o problemáticas a resolver y en segundo término, se diseña un plan de reparación para cada una de las ventiletas.
En esta oportunidad, AySA realizó un importante operativo de diagnóstico de la ventileta número 13 conectada a la 2° cloaca máxima, que se encuentra ubicada sobre la calle Entre Ríos al 900, en el partido de Avellaneda. A diferencia de otros operativos de mantenimiento, debido a que esta chimenea se encuentra a 30 mts de la línea municipal, se requirió de una pluma de gran magnitud para poder realizar los trabajos en altura con mayor precisión y diagnosticar el estado estructural exterior e interior de la misma.
En lo que respecta a la 2° cloaca máxima de donde se desprende esta ventileta, el mismo es un conducto troncal del sistema cloacal constituido por dovelas de hierro fundido que data de 1919, y en el tramo donde se encuentra la ventileta, cuenta con un diámetro de 3000 mm. Por este conducto, se evacuan caudales provenientes desde el área central de Capital Federal y los aportes que recibe hasta el Establecimiento Wilde, la estación elevadora de líquidos cloacales más grande de la concesión y la más antigua del país.
En total, existen alrededor de 80 ventiletas dentro del radio servido de AySA, ubicadas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y parte del sur del conurbano bonaerense, siguiendo el recorrido de las cloacas máximas hasta Berazategui. Las mismas alcanzan entre los 10 y 40 metros de altura y la particularidad de estas pintorescas chimeneas, está basada en su arquitectura, que fueron diseñadas en su totalidad dentro de los talleres de Obras Sanitarias de la Nación y son identificadas por el sello que de OSN que lleva cada una de ellas.
A través de diversos relevamientos y ensayos se descubren anomalías, entre las que se mencionan la detección de cuadros de fisuración con cámara de filmación a 360° que ingresa al interior de la chimenea y observar el estado de las mismas. El estudio de mantenimiento da por resultado, la necesidad de hacer un refuerzo estructural o bien, limpieza en el caso de la detección de obstrucción en la instalación. Cabe destacar que la antigüedad de estas chimeneas es la misma que la de los conductos máximos a los cuales sirven, inaugurados entre 1889 (1° Cloaca Máxima) y 1946 (3° Cloaca Máxima) y que se encuentran operando ininterrumpidamente desde ese momento.
“Este trabajo tiene una doble importancia, la de resguardar el patrimonio histórico como el valioso legado que es, y a la vez velar por el buen funcionamiento de instalaciones que, aunque históricas, siguen siendo parte del sistema troncal de desagües”, concluyó Delli Santis.